Thursday, May 31, 2007

G es para Genios (30 de mayo)


"Como bien sabe usted, Watson, no hay nadie en Londres que conozca tan bien como yo el mundo del crimen. Durante años no he dejado de ser consciente de que tras el malhechor existe un poder oculto, un cierto poder organizado, que actúa en la sombra sin salirse de la ley y que siempre ampara al delincuente. Una y otra vez, en los casos diferentes –casos de falsificación, robos, asesinatos–, he sentido la presencia de esta fuerza y he colegido que había actuado en muchos de esos crímenes sin descubrir, en los que no fui directamente consultado. Durante todos estos años he puesto todo mi empeño en atravesar el velo que lo envuelve, y por último, me llegó el momento, y dando con el hilo lo seguí; éste me llevó, tras un sinfín de astutas vueltas y revueltas, hasta el ex profesor Moriarty, la celebridad matemática.

Es el Napoleón del crimen. Es la mente organizativa de la mitad de los hechos depravados de los que se tiene conocimiento y de casi todos los que pasan inadvertidos en esta gran ciudad. Es un genio, un filósofo, un pensador abstracto. Tiene un cerebro de primer orden. Permanece sentado, inmóvil, como una araña en el centro de su red; pero esta red tiene miles de hilos y él conoce muy bien el modo de vibrar de cada uno. Sólo planea. Sus agentes son numerosos y están espléndidamente organizados. Si hay un crimen que cometer, pongamos por caso un documento que hacer desaparecer, una casa que desvalijar, un hombre que quitar de en medio; se le hace llegar al profesor y el asunto se organiza y se lleva a cabo. Pueden atrapar al agente. Pero nunca se atrapa el poder central que se sirve de él; nunca pasa más allá de la sospecha. Esta era la organización que yo había deducido, Watson, y a la que dediqué toda mi energía con el fin de sacarla a la luz y acabar con ella. Usted conoce mis facultades, mi querido Watson, y, sin embargo, al cabo de tres meses tuve que confesarme a mí mismo que por fin había dado con un antagonista que era intelectualmente igual a mí. Mi horror por sus crímenes se perdió en medio de mi admiración por su habilidad. Pero finalmente cometió un error, sólo un pequeño, un mínimo error…"


Sir Arthur Conan Doyle


PLAYLIST DEL PROGRAMA
Jean Genie - David Bowie
Genius of Love - TomTom Club
Genius - Dandy Warhols








Thursday, May 17, 2007

Especial de Literatura mexicana contemporánea I (16 de mayo)

Digo, me digo, a mí misma:
¡Escribe!
Y obedezco a mi mandato:
Me siento ante la máquina, visto un traje severo, estampado con dibujos clásicos, pequeños, gris oscuro, con delicadas figuras simétricas en tonos de beige y blanco, me llega hasta el tobillo, cubre mis brazos, mi pecho.
Empiezo a escribir. Escribo.
FRAGMENTOS DE:
Apariciones - Margo Glantz
El arte de la fuga - Sergio Pitol
Flores - Mario Bellatin
El testigo - Juan Villoro
MÚSICA:
Dead (Bengalamix) - Zoë
Er Bender - Album


Sunday, May 13, 2007

F es para los Feos (9 de mayo)

Teodoro se inclinó para mirarle el rostro. Este era delgado, muy pecoso, todo salpicado de menudas manchitas parduzcas. Tenía pequeña la frente, picudilla y no falta de gracia la nariz, negros y vividores los ojos; pero comúnmente brillaba en ellos una luz de tristeza. Su cabello dorado-oscuro había perdido el hermoso color nativo por la incuria y su continua exposición al aire, al sol y al polvo. Sus labios apenas se veían de puro chicos, y siempre estaban sonriendo; pero aquella sonrisa era semejante a la imperceptible de algunos muertos cuando han dejado de vivir pensando en el cielo. La boca de la Nela, estéticamente hablando, era desabrida, fea; pero quizás podía merecer elogios, aplicándole el verso de Polo de Medina: «es tan linda su boca que no pide». En efecto; ni hablando, ni mirando, ni sonriendo revelaba aquella miserable el hábito degradante de la mendicidad callejera.
Golfín le acarició el rostro con su mano, tomándolo por la barba y abarcándolo casi todo entre sus gruesos dedos.
-¡Pobrecita! -exclamó-. Dios no ha sido generoso contigo. ¿Con quién vives?
-Con el señor Centeno, capataz de ganado en las minas.
-Me parece que tú no habrás nacido en la abundancia. ¿De quién eres hija?
-Dicen que mi madre vendía pimientos en el mercado de Villamojada. Era soltera. Me tuvo un día de Difuntos, y después se fue a criar a Madrid.
-¡Vaya con la buena señora! -murmuró Teodoro con malicia-. Quizás no tenga nadie noticia de quién fue tu papá.
-Sí, señor -replicó la Nela con cierto orgullo-. Mi padre fue el primero que encendió las luces en Villamojada.
-¡Cáspita!
-Quiero decir que cuando el Ayuntamiento puso por primera vez faroles en las calles -dijo la muchacha, dando a su relato la gravedad de la historia-, mi padre era el encargado de encenderlos y limpiarlos. Yo estaba ya criada por una hermana de mi madre, que era también soltera, según dicen. Mi padre había reñido con ella... Dicen que vivían juntos... todos vivían juntos... y cuando iba a farolear me llevaba en el cesto, junto con los tubos de vidrio, las mechas, la aceitera... Un día dicen que subió a limpiar el farol que hay en el puente; puso el cesto sobre el antepecho, yo me salí fuera y caíme al río.
-¡Y te ahogaste!
-No, señor; porque caí sobre piedras. ¡Divina Madre de Dios! Dicen que antes de eso era yo muy bonita.
-Sí; indudablemente eras muy bonita -afirmó el forastero con el alma inundada de bondad-Y todavía lo eres...
Marianela. Benito Pérez Galdós
FEOS MENCIONADOS

Quasimodo

La Bestia

El Patito Feo

Marianela

Calibán

Tribuleto

El Fantasma de la Ópera

La Hermanastra Fea de Cenicienta

El Niño Feo, de Asimov

PLAYLIST DEL PROGRAMA

Malo y Feo - Refree

Ugliness - Aleitia

I Kissed An Ugly Girl - Sugarplastic

E es para los Excéntricos (2 de mayo)


-Comelo. Es rico –dijo, y para demostrarlo se llevó a la boca una cucharada cargada del suyo.
Yo ya no podía retroceder. Estaba jugada. En cierto modo no quería retroceder. Se me revelaba que mi único camino a esta altura era demostrarle a papá que lo que tenía entre manos era inmundo. Miré el rosa del helado con horror. La comedia asomaba a la realidad. Peor: la comedia se hacía realidad, frente a mí, a través de mí. Sentí vértigo, pero no podía echarme atrás.
- ¡Es feo! ¡Es una porquería! –quise ponerme histérica-. ¡Es asqueroso!
No dijo nada. Miraba el vacío delante de él y comía de prisa su helado. Yo había errado una vez más el enfoque. Lo cambié con aturdida precipitación.
- ¡Es amargo! –dije.
- No, es dulce –respondió con una contenida suavidad cargada de amenaza.
- ¡Es amargo!- grité.
- Es dulce.
- ¡¡Es amargo!!
- Papá ya había renunciado a toda satisfacción que pudiera haber esperado de la salida, de la comunión de gusto, de la camaradería. Eso quedaba atrás, ¡y qué ingenuo de su parte, debía estar pensando, en haberlo creído posible! No obstante, y sólo para ahondar más su propia herida, emprendió el trabajo de convencerme de mi error. O de convencerse él de que yo era su error.
- Es una crema muy dulce con gusto a frutilla, riquísima.
Yo negaba con la cabeza.
- ¿No? ¿Y qué gusto tienen entonces?
- ¡Es horrible!
- A mí me parece muy rico –dijo tranquilamente, y engulló otra cucharada. Su calma me espantaba más que cualquier cosa. I
ntenté hacer las paces por un camino retorcido, muy típico de mí:
- No sé cómo puede gustarte esa porquería –traté de darle un tonillo de admiración.
- A todo el mundo le gustan los helados –dijo lívido de furia.
La máscara de paciencia caía, y no sé cómo yo todavía no estaba llorando-.
A todo el mundo menos a vos, que sos un tarado.
César Aira. Cómo me hice monja
EXCÉNTRICOS MENCIONADOS

Ms Havisham

Jeeves

Sherlock Holmes

Ms Marple

Capitán Ahab

Capitán Nemo

Abraham Van Helsing

Blanche DuBois

Carrie White

La Monja de César Aira

Gurdulú, el Caballero Inexistente, el Barón Rampante, el Vizonde Demediado (Nuestros ancestros, según Italo Calvino)


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